HOTEL*** 50 AĆOS DE HISTORIA
- Jorge Arc Estudi
- 22 abr 2021
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Una vez terminadas las obras de ampliacion y reforma, la Administracion nos ha concedido la categoria de Hotel de Tres Estrellas.
50 AĆOS DE HISTORIA
Cuando en agosto de 1955 a Miguela Borraz, āla Pindorraā, una mujer perteneciente a esa generación de mujeres que la guerra les enseñó a ser fuertes, a tirar de una familia, a decidir por un marido, bien porque la guerra se lo quedó, o bien porque envejecieron antes de hora despuĆ©s de tanta miseria y calamidad, decidió abrir una taberna para vender cuatro vinos y alguna merienda, sin otra intención que ganarse la vida un poco mĆ”s descansada que yendo al campo, o trapicheando comprando y vendiendo aquĆ y allĆ”. Seguro que no se imaginaba que con esa decisión marcaba el destino de una parte de sus hijos y sus nietos. 51 aƱos han pasado de aquella primera inauguración, primer paso que fue corto, duró poco, pues enseguida llegó un minero al que hubo que dar posada y mĆ”s tarde un secretario al que a falta de habitación, Ramón y Consuelo tuvieron que dejarle la suya. Tan sencilla y humilde era la situación que Tomasa āla Silleraā les dejó una mesa para que el reciĆ©n llegado tuviera al menos donde apoyar papeles y cartera.

Transcurridos unos 6 aƱos, y despuƩs de haber transformado los perches en habitaciones, la cuadra en cuarto de baƱo con du
cha, arreglado las escaleras y pintado las paredes, cuelga flamante el cartel de āPosada Ramón Lecha, vinos y comidasā.
Un pequeƱo paso mĆ”s dado. Cuanta ilusión, y a continuar trabajando. Mineros que se quedaban unos meses hasta que encontraban casa para vivir, camioneros que iban y venĆan, y los primeros turistas que venĆan porque les habĆan hablado del pueblo, llegaban casi siempre por motivos mĆ©dicos, porque necesitaban un sitio de montaƱa, de clima seco, para curar sus enfermedades, y se quedaban 2 ó 3 meses, terminaban siendo parte de la familia. El turista tal y como lo conocemos hoy en dĆa no existĆa.
Las cosas iban bien, cada dĆa habĆa mĆ”s trabajo, se compró una casa vecina, habĆa nuevos planes de ampliación, pero entonces la desgracia se cebó con la familia. Sin que nadie sospechara, sin avisar, sin que estuviera previsto, Ramón, con tan solo 36 aƱos murió, y su familia, su mujer, sus hijos, sus padres, se quedaron sin la ilusión, la fuerza, las ganas que hacen falta para levantarse por las maƱanas y continuar en este trabajo, o en cualquier otro.
Pero la vida continua, y pasados 4 ó 5 aƱos mĆ”s, nos situamos sobre el 72 ó el 73, con la nueva ampliación terminada: mĆ”s habitaciones, dos cuartos de baƱo, los dos con baƱera, cambiando la cocina de sitio, convirtiendo el antiguo comedor en salita de estar, y la antigua taberna, que luego fue almacĆ©n y ahora luce luminosa en un flamante comedor con 8 mesas de formica blanca, con manteles de rafia a cuadros, todo una modernidad para la Ć©poca, luce en la fachada una escueta F sobre un fondo azul celeste, efe de fonda. Para el pueblo la fonda, para los papeles oficiales āFonda viuda de Lechaā.
Los nietos crecen, ya son adolescentes, cada dĆa hay mĆ”s trabajo, la casa se vuelve a quedar pequeƱa, y comienza a madurar la idea de construir un establecimiento nuevo, pero Āædónde y cómo? Los aƱos pasan lentos o rĆ”pidos segĆŗn se mire, los adolescentes son ya jóvenes de 20 aƱos, y la decisión estĆ” tomada, con el compromiso de todos, abuelos, madre e hijos, se construirĆ” un nuevo establecimiento.
Se inauguró el 4 de febrero de 1984, y constaba de 8 habitaciones con baño mÔs 12 sin baño, con 3 baños en el pasillo, y un comedor con capacidad para 100 personas.
Esta vez si que fue un lujo para la familia y para el pueblo, y esta vez si que tenĆa nombre. Al lado izquierdo de la puerta acristalada, que daba la entrada al establecimiento, se colgó un magnĆfico cuadro en cerĆ”mica de Teruel con el castillo dibujado y el nombre del establecimiento escrito: HOSTAL CASTELLOTE, y al lado la placa azul celeste, que ya era otra cosa, con una Hs de hostal, y una estrella plateada.
Cuanta ilusión, cuantas esperanzas de futuro puestas. Pero el trabajo se demuestra dĆa a dĆa. El proyecto estaba construido, pero habĆa que sacarlo adelante, asĆ que a continuar trabajando.
Los tiempos cambian, y con ellos el tipo de clientela. En 1988 cierran los desmontes, y 2 años mÔs tarde la mina. La forma de vida de Castellote desaparece, ¿qué vamos a hacer? Pues que vamos a hacer, continuar trabajando, agudizar el ingenio, sobre todo en la cocina. Y asà es como se em
piezan a correr las voces: pues en Castellote hay un sitio donde se come muy bien, y empieza a llegar gente de los pueblos de al lado, o de lugares mĆ”s lejanos a comer en el hostal y a pasar el dĆa por Castellote, y luego los primeros turistas conquistados por el estómago, gentes que cenan y duermen en el hostal, y luego pasan el dĆa por nuestra comarca y les gusta, y luego envĆan a amigos, conocidos, compaƱeros de trabajo, les cuentan: en Teruel hay un pueblo que se llama Castellote y que tiene un hostalā¦
Muchos aƱos han pasado, 22 y medio, y del viejo hostal solo queda la antigua fachada (con los dĆas contados), aƱos de continuos cambios, de adaptación a los nuevos tiempos, a las medidas sanitarias, tecnológicas, de seguridad, a los gustos del cliente, a su comodidad y bienestar.
Por todo esto y por cumplir un montón de requisitos y exigencias, la administración decidió el dĆa 20 de agosto, concedernos la categorĆa de hotel de 3 estrellas.
Esta vez en la fachada no va a haber cambio de nombre, simplemente retiraremos la antigua placa azul celeste con la vieja Hs de hostal, y colgaremos orgullosos la nueva placa con la H de hotel y sus 3 estrellas doradas y relucientes.
Algunos pensareis que no es para tanto, que hoteles de 3 estrellas hay muchos, pues si, pero este es nuestro, y lleva el nombre de nuestro pueblo, y ayuda a que a Castellote lo conozca gente, y asĆ, aportando nuestro granico de arena, ayudamos a que nuestro pueblo tire hacia delante, a que sobreviva en este mundo cada dĆa mĆ”s pequeƱo.
Hoy no quiero ser modesta, estoy muy contenta y muy orgullosa de mi āhotelā, que al fin y al cabo, es el resultado de todos los que han estado y estamos trabajando en Ć©l y a las inquietudes de sus propietarios, superarse dĆa a dĆa y que su negocio estĆ© siempre actualizado y presente entre los mejores de la provincia. TambiĆ©n os doy las gracias a todos los que habĆ©is confiado en nuestro establecimiento para celebrar vuestros acontecimientos, o simplemente pasar un rato agradable delante de un buen plato, con la compaƱĆa que hayĆ”is elegido, porque asĆ tambiĆ©n formamos parte de vuestra historia.
¿Y a partir de ahora qué? Pues seguir trabajando hasta no sé cuando, el futuro lo dirÔ.
Mientras tanto siempre a vuestro servicio el Hostal Castellote, āhotel de 3 estrellasā
MĀŖ Carmen Edo Aguilar
